martes, 10 de mayo de 2011

Crecimiento de la marihuana

3.1.- EL AGUA DE RIEGO.



La marihuana necesita un gran aporte de agua durante todo el proceso, sobre todo durante el crecimiento vegetativo.

El agua utilizada en el riego deberá ser agua del grifo o agua corriente, no se debe utilizar agua embotellada para el consumo humano debido a su gran dureza y excesiva mineralización. Aunque no está demostrado que la clorina (que se encuentra en el agua del grifo) afecte negativamente al crecimiento de la marihuana, si que puede hacerlo un alto contenido de sal. No es mala idea dejar reposar el agua durante un día, cosa habitual en jardinería.

El PH del agua debe ser neutro(ligeramente ácido). Podríamos establecer como límites aceptables un PH entre 6. 5 y 7. 2. (El PH tiene una escala de 1 a 12, siendo 7 el PH neutro, 1 el más ácido y 12 el más básico o alcalino). Es muy importante la medición periódica del PH del agua y del medio (mezcla un poco de medio con el agua y mide el PH de la solución), realmente un PH inadecuado puede alterar el buen desarrollo de las plantas. Existen varias formas de medir el PH: medidores electrónicos digitales, reactivos líquidos o el clásico papel tornasol. (No mide decimales).

Un PH excesivamente ácido se puede corregir añadiendo cal hidratada o bicarbonato. Un PH excesivamente básico se corrige añadiendo ácido nítrico o simplemente vinagre o limón.

La temperatura del agua de riego deberá oscilar entre los 21 grados centígrados, las plantas agradecen el agua tibia.

La cantidad de agua depende de varios factores: El tamaño del recipiente, una maceta grande requerirá menos riegos que una pequeña. El tamaño de la planta, las plantas grandes necesitan un gran aporte de agua. A pesar de que cuando ``beben" lo hacen en cantidades considerables(parte del agua se evapora por el calor del ambiente), las plantas deben pasar cortos periodos ``secos" entre riego y riego, sólo se dejará secar la primera capa de medio. Si la superficie está mojada o queda agua en la cubeta, no conviene dar un segundo riego. Las plantas empalidecen y se acaban pudriendo si el riego es excesivo, si por el contrario el riego es insuficiente se secarán algunas hojas inferiores, si el agua no llega la planta dejará caer sus hojas como si estuviese fatigada, puede ser un momento critico si no se le suministra agua con rapidez. Convendría disolver un poquito de jabón en el agua para asegurar una mayor absorción, incluso pulverizarla con dicha agua.


Aunque se salve la planta perderá muchas hojas que le hubieran permitido captar la energía necesaria para un correcto desarrollo. Cualquier trauma o shock que pueda recibir una planta le requerirá un tiempo hasta volver a recobrar el vigor lo que retrasará el proceso entero. Durante el desarrollo vegetativo de una planta. Siempre se seca alguna hoja grande que otra de la parte inferior, bien sea por una pequeña crisis de sed o por que el crecimiento de las ramas superiores le impide que reciba luz. Es desaconsejable pulverizar agua sobre las plantas, a no ser que ocasionalmente se quieran limpiar, nunca se debe pulverizar ni usar sprays de ningún tipo sobre plantas en floración, tendría que ser un caso extremo. La marihuana se debe regar alrededor del tallo directamente en la maceta, si es posible con una regadera o un caño muy fino para no agujerear el medio y destapar las raíces. Regar hasta que el agua drene en la cubeta, o directamente en la misma cubeta si se usa un sistema de succión por mecha o similar.


En la actualidad existen sistemas auto-riego muy eficaces y se comercializan para los riegos de jardines en periodos vacacionales. Son muy prácticos pero presentan el problema que el agua no reposa pues el programador de riegos va conectado directamente al grifo.




3.2.- LOS NUTRIENTES.


Las plantas para su crecimiento necesitan el aporte de una larga lista de elementos químicos para su desarrollo. Estos se dividen en tres grupos, los elementos primarios, los secundarios y los oligoelementos o microelementos.


Los elementos primarios son el Nitrógeno (N), el Fósforo (P) y el Potasio (K). Siempre vienen enunciados por este orden . Son los que las plantas consumen en mayor cantidad.

Los secundarios son el Magnesio (Mg) y el Calcio (Ca), presentes en la dolomita.

Los microelementos son consumidos en cantidades muy pequeñas y son los siguientes: Hierro (Fe), Azufre (S), Manganeso (Mn), Boro (B), Molibdeno (Mb), Zinc (Zn) y Cobre (Cu).

El primero de los elementos primarios es el Nitrógeno. Es el más importante, habilita a la planta a crear las proteínas esenciales para crear nuevo tejido e interviene en la producción de clorofila. Está directamente relacionado con la altura, vigor y crecimiento en general. Es vital sobretodo durante la fase de crecimiento vegetativo en cantidades considerables y en menor cantidad durante el principio de la floración. Algunos plantadores cortan el suministro de nitrógeno durante las últimas semanas de la floración, sostienen que aumenta la producción de resina. Sin asegurar esto, si podemos decir que el porcentaje de N en el fertilizante que se use en la fase de floración debe ser el más bajo, o menor que el segundo elemento, el fósforo.


El Fósforo es el segundo de los elementos primarios, y es vital para la fotosíntesis. Se le relaciona con la producción de flores, resina y semillas (si las hubiere). El cannabis necesita un gran aporte P durante las fases de germinación, clonación y sobretodo en la fase de floración.


El tercero de ellos es el Potasio. Se ve asociado en la creación y transporte de azúcar y almidón, así como al aumento de clorofila en las hojas dando más verdor.


Ayuda a regular las aperturas de las ``Stomata", unas diminutas glándulas situadas en el contorno de las hojas responsables de la transpiración de las plantas y otras funciones vitales. El potasio también es necesario para el buen desarrollo de las raíces y resistencia de la planta contra enfermedades y ataques de plagas. Este elemento es usado durante todo el ciclo.

Los elementos secundarios Mg y Ca: El magnesio es el átomo central de la molécula de clorofila y es esencial en la absorción de la luz. También ayuda en la absorción de otros nutrientes, estabilizando el medio de ácidos o sales tóxicas que se puedan depositar. El Calcio es fundamental en la creación de nuevo tejido, por tanto necesario para un buen desarrollo.

El mejor aporte de Mg y Ca es la dolomita, mezclada previamente en el medio y/o disuelta en el riego. Al ser de asimilación lenta, es difícil pasarse con la dosis, no parece que afecte el exceso de dolomita, quizás por su lenta absorción o por lo bien que mantiene el PH. La dosis aproximada, sería una taza de café por cada 8-10 litros de medio, y si viene en forma de polvillo fino se puede disolver una cucharada en 5 litros. La dolomita es muy recomendable, si no se dispone de ella se pueden usar sales de magnesio de las que venden en la farmacia y añadirlas en algunos riegos. Previene la clorosis (enfermedad de las plantas).

De los oligoelementos o micronutrientes, el más importante es el hierro, este se administra en forma de quelatos y su carencia o su no-asimilación por un Ph inadecuado es la causante de la clorosis férrica, las hojas superiores y los brotes jóvenes amarillean siendo visibles los capilares de las hojas que permanecen verdes. Los fertilizantes cuando contienen micronutrientes lo especifican, si no fuera así, se deben administrar por separado.

Los abonos y fertilizantes en general, sean de origen químico (industrial) u orgánico (natural), llevan marcados tres números indicando los porcentajes de los tres elementos primarios por el siguiente orden establecido: N-P-K, Nitrógeno, Fósforo y Potasio.


Un ejemplo seria: <15-30-15> 0 <2. 4-1. 7-1. 9>. En el primer ejemplo los números son altos lo que indica que se deberá disolver poca cantidad de producto para obtener la dosis justa.


En el segundo ejemplo los elementos se encuentran más diluidos, por lo que la cantidad de producto a diluir será mayor en proporción al primer ejemplo. Lo que realmente interesa es la proporción de un elemento con respecto al otro, así vemos que la cantidad de nitrógeno es la mitad que la de fósforo en el primer ejemplo <15-30-15>, y mayor en el segundo <2. 4-1. 7-1. 9>.

Los abonos para la fase de crecimiento deben tener un alto contenido en nitrógeno, o lo que es lo mismo un primer número mayor que el segundo. Suelen venir comercializados como abonos para planta verde. El tercer número, el potasio, siempre tiene que estar presente en una proporción considerable. Los aptos para floración llevan más fósforo que nitrógeno, o sea, un segundo número mayor que el primero.

La dolomita aportará los elementos secundarios y muchos abonos orgánicos llevan oligoelelmentos, en caso contrario se pueden añadir quelatos a la mezcla.


Los abonos pueden ser de absorción lenta o rápida, y vienen en distintas formas: solubles en el agua de riego, mezclables en la tierra, de aplicación superficial o de aplicación foliar mediante un pulverizador. También existen bastoncillos que se entierran y se consumen lentamente. En todos debe venir especificado su contenido en nutrientes. Algunos cultivadores usan un mismo fertilizante para todo el ciclo con igual número de N, P y K, por ejem. <20-20-20>.


Los que son solubles en agua son de rápida absorción y las dosis recomendadas suelen superar las aquí recomendadas. Dado que no hay nada más irremediable que una sobrefertilización, es muy recomendable regar si es preciso más a menudo con dosis muy diluidas (un tercio o un cuarto de la dosis indicada), que hacerlo de manera más concentrada y menos asiduo. En principio no se recomienda abonar más de una vez a la semana. Recordemos que el exceso de abono es irreversible y la carencia de uno o más elementos se puede corregir. La mayoría de los materiales orgánicos mencionados como parte de la mezcla para el medio de plantación son abonos de lenta asimilación y trabajar con ellos es aconsejable pues es difícil sobrefertilizar. Suelen ser ricos en nitrógeno y serán un primer soporte para la primera fase del crecimiento, con lo que el primer abonado ya vendrá cuando las plantas tengan cierta altura. Medios muy bien preparados con buena turba y humus de lombriz aseguran un aporte que nos puede evitar abonar hasta casi el final de la fase de crecimiento vegetativo.


La última semana antes de recoger, o incluso antes, se debe dejar de abonar para evitar que los productos químicos que se hayan podido depositar afecten al sabor de la maria.


Se debe encontrar el fertilizante adecuado al sistema empleado. Aquí recomendaremos los de lenta absorción, pues son más seguros. Se pueden ir aplicando labores superficiales de humus o turba durante todo el proceso, con los sucesivos riegos irá penetrando en el medio. Cuanto más pequeños sean los recipientes más rápido será preciso el riego y el abonado y más riesgo de sobrefertilizar o de que la planta pase sed.


Un pequeño exceso de abono provoca que se quemen las puntas de las hojas, adquiriendo estas primero un verde muy intenso, para luego ir desmejorando y prácticamente quemándose algunas de ellas parcial o totalmente. Si la sobrefertilización es severa, la planta entera se quemará, curvándose las hojas hacia adentro. Una sobrefertilización ligera puede remediarse en parte, aclarando la planta bajo un grifo y dejando correr el agua que vaya drenando un buen rato.


Seria una forma de lavar la tierra de las sales tóxicas que se forman al no poder ser absorbido el fertilizante allí acumulado. Los químicos son los más propensos a ello.

De todas formas hace falta hacer un diagnóstico para saber el porqué de el mal aspecto de una planta, otras cosas como falta de aire o de luz, o alguna plaga no fácil de detectar a simple vista pudieran ser la causa.




3.3.- PLAGAS.


La mejor forma de prevenir desastres es mediante la higiene. Se deben seguir los siguientes consejos:

·No sacar plantas al exterior (balcones o jardines), si no es para hacerlo de forma definitiva. En ese caso no se hará de forma directa, deben aclimatarse poco a poco para que la luz solar no las queme.

·No aceptar plantas provenientes del exterior o de otros ``indoor" que no sean de absoluta confianza. Siempre que se vaya al campo o se haya estado en contacto con plantas de exterior o trabajando en jardines, uno debe cambiarse la ropa y lavarse las manos antes de acceder al montaje.

·Se deben evitar los excesos de calor y sequedad (+ de 32oC y - de 40% de humedad), dado que favorecen las plagas.

·Se deben examinar periódicamente las plantas para detectar la presencia de plagas o enfermedades.

·Evitar instalar el montaje en cobertizos de jardines o cerca de balcones que puedan traernos plagas del exterior. Cuanta más lejos de la naturaleza se encuentre ubicado el ``indoor", menos precauciones tendremos que tomar al respecto.

·Las principales plagas son: la araña roja y la mosca blanca. También hay limacos (babosas), orugas y pulgones, aunque no son comunes en interiores. Dichas plagas atacan a todas las plantas y hay infinidad de productos de venta en los ``gardens". Allí se puede informar uno sobre su uso. Utilizar los destinados a productos agrícolas respetando el margen de seguridad recomendado. Este margen suele ser de veintiún días, por lo que es muy desaconsejable usar esprays químicos en el proceso de floración. Si las plantas afectadas son pocas, deben ser retiradas del sistema y tratadas aparte.


·La araña roja, es un ácaro diminuto del tamaño de un punto. Son de color rojo, marrón o negro según la variedad. Viven en el envés de las hojas llegando a formar colonias muy numerosas. Ponen sus huevos y tejen sus telas entre las venas del envés de la hoja, a los adultos se les puede encontrar también encima, dado que se mueven aunque con lentitud. Succionan el jugo de la hoja dejando una marca a modo de puntillo amarillento. Dichos puntillos en las hojas son la evidencia de la presencia de araña roja o de mosca blanca. Las arañas empiezan atacando las grandes hojas inferiores, retira las hojas atacadas y mata los individuos visibles con un algodón mojado en alcohol o con los dedos. Seguidamente pulveriza la planta con agua, la humedad les molesta, y luego aplica un spray tipo ``hogar y plantas", siempre desde abajo, ladeando la maceta para que el spray llegue al envés de las hojas. Repite la operación al cabo de una semana. Las arañas pasarán de una planta a la otra, si las plantas se tocan.


·La mosca blanca actúa de forma parecida a la araña, y las huellas que deja sobre las hojas, son similares. Estas vuelan formando una nube de puntillos blancos que vuelan al agitar la planta. Es más difícil de erradicar y más fácil de extenderse.

·Diversas especies de marihuana presentan resistencia frente a las plagas de araña roja y mosca blanca, y parece que la plaga no puede con la planta, y no llega a causar grandes estragos. A veces, algunas plantas se ven atacadas y otras no. Los insecticidas verdes que contienen piretrinas, ``hogar y plantas", parecen actuar bien sin demasiado peligro para nuestra salud. Se debe tener mucho cuidado con las hormigas, pues son las portadoras de pulgones y otras plagas que usan como si de ganado se tratase. Si la afección se produce al final del ciclo, es mejor no tomar grandes medidas que puedan resultar peores que el mal que pueda hacer ya la propia plaga.


·Las orugas se comen los brotes y los cogollos y se eliminan mediante una bacteria inofensiva para el hombre, que se suministra a través del riego y se encuentra en el mercado. Consulta al garden.

·Los hongos serán retirados con un pincel como se ha explicado anteriormente. Si son numerosos y atacan a las hojas, se pulverizará con fungicidas y se remediará la excesiva humedad ambiente.




A continuación daremos una receta de un insecticida casero y ecológico de fatal olor, pero de eficaces resultados:


Vaciar el contenido de dos paquetes de tabaco en un litro de agua, añadir un diente de ajo y una cebolla (el diente de ajo y la cebolla son opcionales pero aconsejables). Dejar la mezcla en un recipiente de vidrio abierto al sol, durante un par de días. Transcurrido este periodo, colar la mezcla y añadir una cucharada de jabón para vajillas biodegradable. Pulverizar las plantas una vez a la semana durante un mes. Al día siguiente de cada tres.


Otra fórmula casera de mejor olor es la siguiente:

Agua con un 5% de alcohol etílico (96), unas gotas de lejía biodegradable (10 x litro) y una cucharada por litro de jabón también biodegradable. Esta fórmula no debe ser usada sobre cogollos ya formados, pues el alcohol disuelve la resina mientras que el agua no. Si se siguen correctamente las normas básicas de higiene y prevención, es difícil que una plaga acceda a un ``indoor" bien ubicado.


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